HABITOS TEMPLADOS.

                                                                  CAPITULO 1

Los recuerdos son borrosos. Y cuanto más nublados son, más me esfuerzo por ganar claridad en ellos.¿No se para que?.
Recuerdo que fue una noche lo suficientemente templada,como para no abrigarnos demasiado.
Un restaurant en Palermo a una cuadra de J.B. Justo. Todavía Palermo no estaba de moda. No habían explotado los seudo restó. No existía Palermo Hollywood, ni Soho, ni Queen. Palermo era Palermo. A lo sumo, Palermo viejo. El restaurant, un restaurant. Trapiche se llama el lugar,todavía existe.
Ordenamos al mozo. No se con exactitud si eramos seis, siete u ocho. Muevo mi lengua mientras evoco, tratando de saborear los mejillones a la provenzal de aquél lugar. También recuerdo algo q nunca se borró de mi mente , a Diego pidiendo silencio porque tenía algo que decir; silencio: "Voy a ser papá"_dijo. La mayoría nos quedamos rígidos unos...seis segundos. No sabíamos si felicitarlo,tenerle compasión, palmearle la espalda o convencerlo de que todo se iba a solucionar. Alguien deshizo la riguidez, cuando levantando la copa  de vino, dijo: ¡ BOLUUUUUDO!  ¡FELICITACIONES! Y le regaló un abrazo.
¡Gracias! Estoy algo nervioso.
¿Cuándo te enteraste?
Hace dos días.
Brindamos.
Vinieron las entradas, y tratamos de encontrar algunas pocas soluciones para el futro padre.
Era el primero de nosotros en experimentarlo. El progenitor estaba a punto de  cumplir veintidos años. Y aunque llevaba seis años noviando y conocía a su novia desde la secundaria, nunca habían hablado de familia y mucho menos de casamiento, concubinato, o cosa por el estilo. Otro dato que me viene a la cabeza, es que Diego estaba desocupado laboralmente.
¿Y ella que dice? le preguntaron.

CINCO ESTRELLAS.

He aquí la misma historia de siempre.
Una vez más vuelvo a estar en el lugar equivocado. Y, sí. Todo sea , tristemente, por un par de billetes en forma quincenal.
Lo menos tolerable, de todo este sacrificio estúpido: la gente. Se deberá a que estoy más viejo y sin praticar la tolerancia. Sí. Estos seres denominados compañeros de trabajo. También podría hablar de la otra gente, pero resulta un tanto más complicado y sacrificado.
Mis compañeros parecen gente inofensiva a primera vista, y algunos pocos, seguramente lo sean. Gente que todavía cree en el progreso. Aunque la gran mayoria anhela jubilarse aquí, y a los que todavía no se les a ocurrido, me aconsejan "cuidar el trabajo". Ya que soy muy afortunado de pertenecer aquí.
Un hotel cinco estrellas.

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